¿Antropoceno o Noósfera?

Una visión comparativa entre la clasificación geológica y la perspectiva científico-teológica de P. Teilhard de Chardin

Abstract

La introducción de una nueva era geológica, el Antropoceno, en la clasificación de las edades del planeta implica

una novedad en la comprensión del proceso de la historia de la biosfera. La categoría “Antropoceno”

describe un nuevo período de la historia de la Tierra caracterizada por la modificación de litósfera, hidrósfera,

atmósfera y biósfera. La variación de todos estos factores no parece poner en peligro a la totalidad de la

vida, pero sí a muchas especies, incluida la humana. La valoración ética, producida por el sujeto humano, es

siempre interesada. En particular, significa una determinación cualitativa negativa respecto del concepto de

Noósfera utilizado por P. Teilhard de Chardin y otros pensadores del siglo XX. Esta categoría conlleva una

visión más optimista respecto del destino del proceso evolutivo del planeta que el descrito por las ciencias en

nuestro tiempo. Por una parte, el horizonte de un Punto Omega para la biosfera y el universo confiere un

fundamento para una esperanza cósmica. Además, la cristogénesis impacta intrínsecamente en el proceso de

biogénesis y noogénesis. Hay una presencia interna de Cristo en el cosmos y en la biosfera en evolución, así

como en el proceso de aparición y configuración del Homo sapiens. Éste, un ser más en el proceso evolutivo,

presenta la característica de alcanzar un nivel de conciencia especial que lo hace capaz de poder tener un relativo

control de la biogénesis, así como una responsabilidad sobre la misma. En cierta manera, el ser humano

imprime una dirección a los fenómenos evolutivos biológicos. Ahora bien, tal direccionamiento puede estar

La introducción de una nueva era geológica, el Antropoceno, en la clasificación de las edades del planeta implica una novedad en la comprensión del proceso de la historia de la biosfera. La categoría “Antropoceno” describe un nuevo período de la historia de la Tierra caracterizada por la modificación de litósfera, hidrósfera, atmósfera y biósfera. La variación de todos estos factores no parece poner en peligro a la totalidad de la vida, pero sí a muchas especies, incluida la humana. La valoración ética, producida por el sujeto humano, es siempre interesada. En particular, significa una determinación cualitativa negativa respecto del concepto de Noósfera utilizado por P. Teilhard de Chardin y otros pensadores del siglo XX. Esta categoría conlleva una visión más optimista respecto del destino del proceso evolutivo del planeta que el descrito por las ciencias en nuestro tiempo. Por una parte, el horizonte de un Punto Omega para la biosfera y el universo confiere un fundamento para una esperanza cósmica. Además, la cristogénesis impacta intrínsecamente en el proceso de biogénesis y noogénesis. Hay una presencia interna de Cristo en el cosmos y en la biosfera en evolución, así como en el proceso de aparición y configuración del Homo sapiens. Éste, un ser más en el proceso evolutivo, presenta la característica de alcanzar un nivel de conciencia especial que lo hace capaz de poder tener un relativo control de la biogénesis, así como una responsabilidad sobre la misma. En cierta manera, el ser humano imprime una dirección a los fenómenos evolutivos biológicos. Ahora bien, tal direccionamiento puede estar o no en relación con el Punto Omega.